lunes, 22 de octubre de 2012

¿Qué opinión te merece?


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Hace poco la opinión de un político me hizo adoptar una cara que expresaba perplejidad. Refiriéndose a la consulta que los gobernantes catalanes planean hacer para preguntar al pueblo sobre la independencia el susodicho espetó que para debatir sobre esos temas están los representantes (políticos) de los ciudadanos y que no hacía falta consultar a la ciudadanía, que para eso estaban ellos.

No me podía creer tremenda afirmación, máxime cuando el poder constituyente se supone en nuestras manos. Decisiones tan importantes uno supone, como parte del pueblo, que le van a ser consultadas, pero a tenor de afirmaciones de ese calibre, me temo, que como siempre, tras una larga publicidad nos dejarán mandar un sms con la palabra IndependenciaSí o IndependenciaNo al 666.

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Ahora solamente cabe esperar el proceso electoral catalán. Cómo ya se demostró anoche en la entrevista que le hizo Jordi Évole al presidente catalán yo creo que pase lo que pase con la consulta, lo único que podemos tener claro es que CiU aumentará exponencialmente sus votantes. Y es que muchos “prestarán” su voto en pos de la independencia. Así quedará en posición de súper mayoría absoluta, lo que le garantizará una legislatura con súper poderes (así es nuestra democracia, muy débil).

En cuanto al tema de la independencia yo reflexionaría a cerca de dos hechos:

  1. El proceso globalizador político iniciado tras la II Guerra Mundial llamado hoy Unión Europea parece avocarnos a la formación de un súper Estado.
  2. En una sociedad avanzada un Estado debería estar formado por las regiones que quieren formar parte de él.

Por todo ello una consulta popular no supone un riesgo ya que si los políticos no se fían de que los ciudadanos podamos decidir libremente la mejor opción debería dimitir “ipso facto” puesto que ellos sí han sido “elegidos” por nosotros.

jueves, 24 de mayo de 2012

Historias de la feria (¿Hasta cuándo señor Alcalde IV?)


albherto.files.wordpress
Ayer miércoles estaba paseando por la feria. Uno por la feria se encuentra cada personaje que se merece por sí solo un artículo. Pero me voy a centrar solo en dos. El primero me lo encontré en la caseta “Igabrum”. Estuve charlando con el bastante rato y me contó una historia bastante interesante. Me contó que se presentó a unas elecciones prometiendo una gestión diferente, prometiendo cosas que sabía que no podría cumplir. De todas formas no cejó en su empeño y además acuso de ese comportamiento como negativo al entonces gobierno.

Me gustaría destacar dos punto concretos. En primer lugar me contó que prometió austeridad. Sin embargo a lo largo de su corto mandato realizó algunos dispendios como cambiar rampas de sitio o conformar un gobierno bastante más caro que el anterior. Pero, sin duda, lo que más me llamó la atención fue un acto de hipocresía política que cometió recientemente. El se presentó para ser alcalde de su pueblo, supuestamente por devoción al servicio público de sus conciudadanos y no para subir en peldaño más en la escala política en la que se han convertido hoy día los dos grandes partidos.

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De hecho ratificó sus intenciones cuando en unas recientes elecciones regionales se llenó la boca diciendo que no se movería del consistorio aún teniendo la oportunidad de formar parte del gobierno regional. En su momento algunos comentaron que descartó esa posibilidad en público por que ya en privado le habían certificado que tal posibilidad no era posible. Claro, a esos los tacharon de envidiosos y de querer desestabilizar el gobierno local. Pero, ¿que habría que pensar si ahora se fuese a ocupar un cargo a la Diputación Provincial?

No hay que ser mal pensado. Hay muchas razones que justifican la asunción de esa nueva responsabilidad. Quizás sea el más indicado para el puesto. También, puede, que ya haya resuelto todos los problemas de sus vecinos y ahora tenga que asumir nuevos retos. O, simplemente, puede que le sobre tiempo en su función como alcalde y cibernauta y haya decidido invertirlo en mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de su provincial. ¿Quién sabe?

Más tarde me encontré en la caseta “Ultrafascious” a una persona digna de ser entrevistada por el “Loco de la Colina”. Me contó historias inverosímiles. Vamos, yo todavía pienso que son fruto de su imaginación y que están aderezadas con un poquito de imaginación. Me contó como siendo presidenta de una Comunidad Autónoma llegó a decir que era pobre, aunque creo que su marido tenía bastantes tierras. Me contó como influyó en otro gobierno para, haciendo que el AVE pasara por las tierras de su marido, revalorizar sus heredades.

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Pero sin duda, me llamó mucho la atención la forma en la que recientemente desvió la atención generada en torno a la ocultación de un grave déficit en su región. Resulta que el partido del que forma parte acusaba incansablemente al que antes gobernaba y acusa al que ahora es oposición de falsear la situación económica. Pero cual fue la sorpresa cuando se descubrió que todos los políticos son igual de malos gestores. El mayor problema del país es el déficit de las Comunidades Autónomas. Y sin duda las que se llevan la palma son las que eran gobernadas por el partido que ahora está al frente.

Esto escandalizaría a cualquiera y provocaría, incluso, graves consecuencias políticas. Sin embargo, esta persona, muy inteligentemente, decidió sacrificarse y desviar las miradas. Y lo hizo haciendo unas declaraciones fascistas. Simplemente. Pues no va y dice que habría que tomar medidas, incluso penales, por silbar mientras se escucha un himno. Como si un país entero se redujera a un himno sin letra. Como si en un país democrático no se pudiera luchar por la independencia de una región a través de la Libertad de Expresión.

En conclusión, estos devotos políticos que se sacrifican por su país y por su partido, bien se merecen un día de asueto y emborracharse en la feria como si no hubiese mañana. Así, que si los veis caminando en eses mientras intentan apagar un cigarro tendedles una mano e invitarlos a un rebujito. ¿Quién sabe? Lo mismo os enchufan.

jueves, 17 de mayo de 2012

Mi prima


Estos días todos hablan de la prima de riesgo, de los 500 puntos y de como nos cuesta más del 6% financiarnos. De lo que muy pocos hablan es de por qué necesitamos subastar deuda pública todo el tiempo. Se habla también del déficit, de recortarlo al 6% en España o al 1,5% en Andalucía, pero tampoco nadie habla de por qué se ha venido gastando más de lo que tenemos todo este tiempo.

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Y es que para llegar a esta situación ha sido necesaria la colaboración de todos los partidos. De TODOS, por que todos, a un nivel estatal, autonómico o local, han gobernado. Es verdad que algunas nuevas formaciones se podrían salva, pero salvo EQUO (en contadas ocasiones), nadie ha hablado del desarrollo económico sostenible.

Ahora ha sido premiada una filósofa que sí habla sobre ello. Es significativo. También habla de ética y también es significativa su falta en las esferas tanto política como privada. Por que es falta de ética saber que puedes hacer algo bien, saber qué y cómo lo puedes hacer y después llenarte la boca de excusas para no hacerlo.

Y es que la economía del Estado, al igual que la de una familia, es muy complicada, pero a la vez muy sencilla. Una premisa básica: no gastar más de lo que tienes, de forma habitual. Es verdad que las inversiones son necesarias, y que para ello se requiere de endeudamiento y financiación. Pero en los gastos habituales es donde tenemos que ser más eficientes, y llegado el momento, elegir.

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Nadie comprende que una persona que gana 30 euros al día se gaste 35 cada día en hábitos cotidianos. No se va a endeudar para comprar 20 periódicos todos los días, por mucho que la información sea necesaria, si no tiene. De la misma manera que todo el mundo comprendería que pidiese un crédito para invertir en la compra de una casa.

Hasta ahora los políticos han querido tenernos contentos a base de servicios, para los cuales no tenían fondos. Esto hace pensar. Volvemos a la economía familiar, si quiere poder comprarse tal cantidad de periódicos quizás se tendría que buscar otro trabajo u otra fuente de ingresos.

En definitiva, la cosa está muy negra. Y más si pensamos en que nadie piensa posibles soluciones de nivel estructural, solo recortar. Habría que empezar a plantearse en el crecimiento o en la reestructuración, y dejar ya los putos recortes.

jueves, 10 de mayo de 2012

El Poder Judicial EN Andalucía

Introducción teórica:

Planteamiento inicial: Sistema Continental y Equilibrio de Poderes

El Poder Judicial es una de las partes en que se divide la soberanía de un Estado. Estas partes son: Poder Legislativo (establecer las normas), Poder Ejecutivo (ejecutar las normas) y Poder Judicial (resolver los problemillas que se generen). Pero el Poder Judicial no solo tiene como función procurar la correcta aplicación de las normas. Es fundamental su función equilibradora entre los poderes del Estado.

Actualmente en España se podría entender que el Poder Judicial está francamente coartado. Debería servir, en primer lugar para impartir justicia. Esto a su vez procuraría un mejor equilibrio entre los poderes. Pero esta función esta obstaculizada por imperar en España el llamado Sistema Continental. Este impide que los jueces puedan modificar con su interpretación la normas, por lo general. La jurisprudencia es así una fuente subsidiaria en nuestro derecho.

Si un juez encuentra una norma injusta deberá aplicarla, por que es la voluntad del pueblo transcrita en un documento. Solo tiene ciertas opciones como denunciar su inconstitucionalidad, pero tampoco podrá declararla, para eso está el Tribunal Constitucional, que a pesar de su nombre y de estar formado por jueces no es parte del Poder Judicial.

En segundo lugar, debería de procurar el equilibrio entre poderes (power balance). Pero esta función también está constreñida en nuestro Estado. Como ya hemos dicho antes, no puede anular o modificar normas que elabore el Poder Legislativo. Tampoco podrá demandar la responsabilidad en la que recaiga el Poder Ejecutivo por su gestión, de ninguna manera, al contrario que el Legislativo que sí puede, por ejemplo mediante su elección. Aunque teóricamente puede controlarlo, lo hace de una forma muy fragmentaria, por varias razones.

Hay que aclarar que cuando un ciudadano entabla un contencioso contra la Administración no se está produciendo un control del Poder Judicial sobre el Ejecutivo.

No puede controlar la actividad del Ejecutivo por varias razones. Los políticos, en España, no pueden incurrir en responsabilidades por una mala gestión, solo cuando incumplan alguna norma. Teniendo en cuenta que las normas las hacen ellos por aquello de que vivimos en una Partitocracia...

Además tampoco puede controlarlos cesándolos (poder que tiene el Legislativo) o a través de órganos especializados como podría ser el Tribunal de Cuentas (poder que también tiene el Legislativo) y que a pesar de nombre tampoco es parte del Poder Judicial.

Por lo tanto el Poder Judicial está atado de pies y manos. A pesar de todo cumple con su función primordial aceptablemente bien. Sin embargo hay dos problemas estructurales que se deben resolver, la impartición de justicia y el mantenimiento del equilibrio entre los poderes del Estado.

Unidad: unitario y único pero desconcertado.

La unidad que le confiere la Constitución quiere decir que es el único poder que puede juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Esta parece una consecuencia lógica de su consideración como poder soberano. De la misma forma solo el Poder Legislativo puede establecer nueva normativa.

Sin embargo su caso es especial ya que lo hace de una forma sui generis. Parecería que esa unidad debería recaer en un solo órgano, sin embargo recae en cada juez y magistrado que lo componen. Por ello adquiere una especial importancia mantener la independencia de esos agentes. Visto así, no parece que haya nada que impida su fragmentación entre las Comunidades Autónomas.

Poder soberano: la soberanía mana del pueblo.

Normalmente identificamos el traslado de la soberanía del pueblo a los poderes con el otorgamiento del voto individual a una de las diferentes opciones que se nos ofrecen, mas en el caso del Poder Judicial esto no ocurre así.

La constitución establece que este poder “mana del pueblo”. Según la doctrina constitucionalista se justifica a través del mandato que se le impone a los jueces y magistrados que hace que estén sometidos exclusivamente al imperio de la Ley. Esto significa que no pueden ni crear, ni inventar, ni modificar las normas.

Sin embargo, aunque bien estructurada, se podría pensar, a mi entender, que esto significaría que la soberanía se traslada del pueblo a sus representantes en el Parlamento. Estos la trasladan a su vez a las normas que crea, inventan o modifican. Así esa soberanía sujeta a los jueces y magistrados, de la misma forma que sujeta al pueblo, lo cual podría entenderse como una adulteración leve de la soberanía que hace a este poder más dependiente del Poder Legislativo que del propio pueblo.
FAQ:

Para completar el esquema del Poder Judicial y la Justicia en Andalucía, intentaremos dar nuestra opinión sobre algunas de las preguntas que podrían considerarse más frecuentes (FAQ o PUF).

  1. ¿Existe lo que se podría llamar Poder Judicial DE Andalucía?

En realidad en España el Poder Judicial es solo uno. Así lo establece la Constitución y la Ley Orgánica del Poder Judicial. Es lo que se llama unidad, como hemos dicho antes. Pero a nuestro entender esto no estaría reñido con la existencia de un Poder Judicial DE Andalucía. Justificando su existencia en la aplicación de normas propias. Pero esta cuestión la plantearemos en las soluciones.

  1. ¿Es independiente el Poder Judicial?

Independencia es no estar sometido a la autoridad de otro. La independencia en este poder hay que plantearla desde dos puntos de vista. Primero hay que plantearse si el Poder Judicial, en sí, es independiente. Luego habría que plantearse la independencia de los jueces y magistrados.

El primer interrogante supone volver a plantear el equilibrio entre los poderes. En este aspecto es vital dotar al Poder Judicial de las mismas armas que a los demás poderes para que pueda defenderse ante ataques que pudieran vulnerar su independencia y que les permitiese atacar a los otros poderes si fuere necesario.

En cuanto a la independencia de los jueces y magistrados la cuestión orbita en torno a las leyes que regulan su acceso a la carrera judicial y sus funciones y en torno a la aplicación de sanciones en casos de infracción de sus deberes. Ambas dependen en cierta medida del Poder Legislativo. La primera está clara, ellos hacen las normas. La segunda es evidente. El poder disciplinario lo ostenta el Consejo General del Poder Judicial, pero al fin y al cabo, depende en gran medida su configuración de los otros Poderes.

  1. ¿Dejarían de ser independientes los jueces y magistrados si los votásemos?

No, en mi opinión. No, pero con ciertas condiciones. Para empezar hay que decir los jueces, aunque pretendamos elegirlos mediante votación, deberían de seguir cumpliendo con ciertos requisitos. Estos requisitos, como ahora, están dispuestos para demostrar que son expertos en el Derecho y aptos para impartir justicia.

  1. ¿Podría existir un teórico Poder Judicial DE Andalucía? ¿Qué funciones tendría? ¿Cómo se relacionaría con el Poder Judicial del Estado?

En teoría no habría gran problema para que ello fuese posible. En este caso se trataría de establecer un Poder Judicial que cumpla con los requisitos que marca la Constitución y su imposición de que convivamos en un Estado de Derecho.

A parte de esto, se podría encargar de impartir justicia en los conflictos que se generen en la aplicación de normativa exclusivamente andaluza. Aquí nos cuesta más presentarnos esta posibilidad, ya que al contrario que en otras Comunidades, no tenemos Derecho Civil Foral o Especial. Sin embargo, en la aplicación de la normativa emanada de las competencias sobre las que Andalucía tiene competencia exclusiva o sobre conflictos con la Junta de Andalucía sería posible encontrar esas funciones.

Su relación con el Poder Judicial del Estado no conllevaría más problemas que los que se generan de la relación entre los ejecutivos estatales y comunitarios o entre los parlamentos de nuestro país.

  1. ¿Está adulterada la soberanía en la que se asienta el Poder Judicial?

A pesar de estar justificada bajo el imperio de la Ley, se podría pensar que no tiene una sujeción directa en la ciudadanía. Para resolver ese problema hay dos posibles soluciones evidentes, votación de los altos cargos judiciales y facilitar el acceso a la carrera judicial.

  1. Si el Poder Judicial funciona bien dándole el poder a funcionario, ¿qué pasaría si aplicásemos los mismos parámetros al Poder Ejecutivo? ¿funcionaría, por tanto, mejor sin políticos? ¿Qué pasaría si hiciésemos lo mismo con el Legislativo?

Se podría hacer. La estructura del Poder Judicial hace que el poder de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado recaiga en jueces y magistrados que acceden a su cargo tras demostrar su dominio de las leyes. Por tanto hacer leyes y gestionar también podría ser una cuestión que se dejara en manos de funcionarios habilitados. Todo pasaría por establecer unas oposiciones correctas.

Sin embargo nos cuesta imaginarnos ese escenario. Cualquiera vería lógico que los que dirigiesen la ejecución de esas funciones fuesen personas elegidas por el pueblo.

  1. ¿Es justo el sistema actual de acceso a la carrera judicial?

Hoy día somos testigos de protestas estudiantiles por los recortes en educación. Estén equivocados o no, teóricamente, un Estado no será jamás justo ni democrático si atrapa el poder en manos de personas cuya mayor cualidad es poseer más dinero o mejor posición de partida.

La posición de cada persona en la sociedad debería depender de su esfuerzo y valía demostrada. Eso sin duda haría que funcionasen mejor todas las instituciones. Lo contrario sería como poner el corazón en la cabeza, para dirigir el cuerpo, por que es más bonito o por que tiene más fuerza.

Pues bien, cualquiera puede caer en la cuenta de que aunque, sin duda, las personas que superan unas oposiciones para ser juez será una persona adecuada. De la misma forma que podrá caer en la cuenta de que, a priori, habrá otras personas que podrían llegar a ser como mínimo igualmente competentes, pero que por situación de partida, están en clara desventaja por no tener dinero, o tanto dinero.

Posibles soluciones:

Tras encontrar varios problemas, podemos hacer un esquema que nos permita ubicarlos con mayor claridad. Partimos de tres ramas: Independencia; Unidad; Soberanía. En la primera de ellas hay dos vertientes, la independencia de los jueces (que se podría solucionar con la solución 2 referente a la soberanía) y la independencia del Poder Judicial como poder.

INDEPENDENCIA

Jueces y Magistrados:

Estos dependen netamente de las normas que apruebe el Poder Legislativo. Pero no supone mayor problema, considerado en sí mismo. De hecho es una de las herramientas más idóneas para que se produzca el equilibrio de poderes y un transvase sano de soberanía.

Poder:

En este ámbito observamos dos posibles soluciones:

  1. Inyección de soberanía:

Su falta de soberanía hace que dependa de los otros poderes, sobre todo del legislativo. Un claro ejemplo lo constituye el Consejo General del Poder Judicial que es el órgano garante de la independencia de los jueces y que hoy en día está, como opinan muchos expertos, politizado. Pues bien, que la elección de los componentes del CGPJ se llevase a cabo a través de la votación de todos, no aparece como una mala idea. Salvo que pensemos que la ciudadanía no tiene la capacidad y madurez suficiente como para tomar decisiones por sí misma, o que son capaces de dejarse engañar por la manipulación de los medios de comunicación. En este caso, deberíamos dejar de votar ipso facto. Por lo menos en el caso de los doce miembros que han de elegirse de entre jueces y magistrados de todas las categoría judiciales y que no están reservados por la Cosntitución al Congreso ni al Senado. Los otros ocho que han de elegir estos de entre juristas de reconocido prestigio también sería conveniente que los eligiesen los ciudadanos, pero no supondría mayor problema.

  1. Igualdad de ARMAS con los otros poderes:

Es evidente que una país que se quiera llamar democrático en la actualidad ha de cumplir con la división de poderes y que para que esta se haga efectiva ha de haber un cierto equilibrio entre todos. Esta premisa no se cumple en nuestro caso. El Poder Judicial está indefenso ante los abusos del partido que ostente el poder en el Congreso. Y mayor riesgo corre cuando se confabula éste con el partido que se ubica en la oposición (uno podría pensar que se hacen el juego para que siga el bipartidismo y repartirse por turnos el poder, ¡qué cosas!).

Un análisis en profundidad de esta situación nos llevaría a encontrar miles de posibles actuaciones a llevar a cabo, nombramiento de algunos componentes del Gobierno (de la misma forma que los otros poderes eligen miembros del CGPJ), establecimiento de requisitos para formar parte de los otros poderes (idem que antes) y así sucesivamente.

Pero hay uno claro y evidente que el constituyente quiso convertir en político. Las competencias para juzgar sobre la constitucionalidad de las normas. Así se creó el Tribunal Constitucional. Se establece la elección de sus miembros otorgando una amplia ventaja al Poder Legislativo. Pero sería más democrático que sus miembros fuesen elegidos por los ciudadanos, de entre juristas de reconocida competencia o que, a lo sumo, los eligiesen a partes iguales los tres poderes, opción ésta francamente peor, pero que es mejor que la actual.

UNIDAD

  1. Poder Judicial DE Andalucía:

Como ya expusimos antes no sería un inconveniente, en teoría, que obstaculizase la observación correcta de la Constitución. Eso no quiere decir que su articulación fuese sencilla. Pero creo que ayudaría a la mejor impartición de justicia acercar el núcleo del poder a la ciudadanía. Esto ayudaría a su mejor y más eficaz desarrollo.

Además contribuiría a que los jueces y magistrados tuviesen un conocimiento más exhaustivo de las realidades en las que aplicar justicia. Todo ello sin olvidar los beneficios inherentes a la exclusividad de una jurisdicción encargada de resolver los conflictos con la normativa andaluza y con la Junta de Andalucía.

SOBERANÍA

  1. Votación de jueces y magistrados:

Ante la falta de soberanía antes aducida, pensar en que pudiésemos elegir a los jueces y magistrados no sería tan descabellado. Quizás elegirlos a todos sería negativo, tanto para la democracia como para la impartición de justicia. Pero considero positivo que se eligiesen, como apuntábamos antes, a los altos cargos judiciales.

Se trataría de elegir, por ejemplo, quién será el Presidente del Tribunal Supremo (que será también el del CGPJ), o el Presidente de la Audiencia Nacional (así Garzón no tendría que haberse pasado en su día a la política), o el Presidente de la Audiencia Provincial... Estos ya han superado unas oposiciones y son jueces, por lo tanto no afectaría negativamente al cumplimiento de sus funciones de forma competente.

  1. Facilitar el acceso a la carrera judicial:

Hay algunos entendidos en la materia que plantean que en la calle se plantea que en el Poder Judicial hay más conservadores por qué estos suelen identificarse con un más alto nivel adquisitivo, siendo esto facilitador del acceso a la carrera judicial.

Pero no hace falta que lo diga un erudito. Cualquiera puede llegar a la misma conclusión. Los jueces tienen que reunir ciertas características y todos sabemos que el dinero no es, o debería ser, una de ellas. Ello unido a la actual polémica en torno a la modificación del régimen de la BECAS, hace pensar que son la solución menos mala a aplicar.

A el legislador menos capacitado se le podría ocurrir que quizás se debiera premiar a aquellos alumnos de las facultades de Derecho que mejores aptitudes y actitudes demuestren para el cargo de juez o magistrado. Pero es complicado llegar a imaginar, a día de hoy, un sistema perfecto, lo que no quita que se puedan mejorar muchos aspectos del actual.

Conclusiones:

Básicamente podemos acordar que aunque, quizás, estas soluciones no sean las idóneas, es evidente que hay que dar un empujón al Poder Judicial para llevar nuestra democracia hacia el lugar que se merece. Y los puntos fundamentales a mejorar son su independencia y su configuración como poder soberano del Estado.

jueves, 3 de mayo de 2012

Problemas vs Alternativas


Hollande pretende plantear una salida alternativa a la crisis. Es progresista, cree en el crecimiento y la inversión y tiene que tragar con los recortes. Sin embargo, los progresistas españoles solo plantean a día de hoy una alternativa real: NO. A todo lo que haga el gobierno ellos dicen no. Es verdad que se plantean muchas posibles soluciones, pero son tan parciales y casuísticas, amen de poco trabajadas en su mayoría, que no suponen una alternativa real. De hecho, de igual manera que le sucedía a los conservadores en oposición, estoy seguro que si se pusieran todas en marcha presenciaríamos una hecatombe del sistema, un colapso o algo peor.

Zapatero ha cometido muchos errores, pero durante su periodo de oposición y su primera legislatura no lo hizo tan mal. De hecho intentó imponer un tipo de oposición bastante acertado. Esa oposición constructiva debería haberse integrado en el ADN socialista. Pero como podemos comprobar en el Parlamento y en las redes sociales, los socialistas están ejerciendo una oposición destructiva.

Hoy parece ser que el principal problema es el económico, ahora me centraré en él. Pero se nos está olvidando que hay otros temas de los que la política se tiene que preocupar. Sin duda uno de los más preocupantes es el Medio Ambiente. Puede que sea difícil vivir sin dinero, pero imaginaos como sería la vida sin recursos naturales. También son problemas de hoy la solidaridad y la diferencia entre el mundo pobre y el mundo rico. Gran parte de culpa es nuestra, de los colonizadores y los neo-colonizadores que han explotado los recursos de países que hoy los necesitan y lo están pasando mal, después nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos expropian.

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En un plano más puramente político hallamos un problema gravísimo, que ya hoy es difícil de solucionar pero que puede explotarnos en las manos en un futuro cercano. Nuestro sistema tiene dos agujeros. Por un lado y más inminente, nuestra constitución se está quedando obsoleta y no hay capacidad real por parte de los políticos de revisarla. Si no son capaces de ponerse de acuerdo en puntos no transcendentales, imaginaos en puntos vitales como el del otro agujero. Ese otro es la falta de democracia. De amplio espectro, desde la forma de jefatura de Estado en la que no podemos decidir, el pueblo, y que depende del linaje, de la herencia, hasta la falta de legitimidad de algunos órganos, como el gobierno judicial. Vemos el problema que se plantea en las renovaciones, como sucede en el Tribunal Cosntitucional.

Hay más, pero enlazando el problema económico con la falta alternativas, me atrevo a dar algunas directrices que creo fundamentales.

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  1. Deuda: si el Estado tiene deuda se convierte en dependiente. Ahora se plantea reforzar el sistema bancario para evitar futuras crisis, pero las crisis no suelen darse en el mismo punto. Cualquiera que sea su origen, está comprobado que un Estado la capeará mejor si no es dependiente, como el caso español. No hay que confundir con autarquía y encerramiento patrio, sino con capacidad.
  2. Recursos: encontrar una alternativa energética, diversificar la producción y hacerla más eficiente... Son conceptos en los que se debería centrar nuestro Estado.
  3. Regulación de los mercados: los mercados, hoy tildados de malignos, lo son por falta de regulación. Si dejamos que un grupo inversor controle a su antojo nuestra economía es fácil que lo termine haciendo.
  4. Gastar menos de lo que ganas: la deuda se debería de utilizar solo para grandes inversiones y no como una fuente de ingresos habitual.
  5. Eficiencia: para lograrla no basta con trabajar más por menos salario o recortar y recortar has no dejar nada. Para lograrla es fundamental la inversión en I+D+i. Aunque no  solo hay que invertir, como no, hay que rentabilizar. Si no logramos que esa inversión de frutos no servirá de nada.
  6. Premiar el trabajo, el esfuerzo y la consecución de objetivos: errada es la reforma del sistema de becas en este sentido. Aunque a priori se fundamente en conseguir mejores estudiantes lo único que conseguirá es que solo haya estudiantes con posibles. Las becas procuran que todos podamos estudiar, sin importar cuál sea nuestra situación financiera. Si lo que quieres conseguir es aumentar la calidad lo primero que has de afrontar es cambios sistemáticos. Puedes establecer, por ejemplo, un sistema de evaluación más eficaz. Y si quieres premiar a los mejores estudiantes lo que puedes hacer es ofrecer incentivos, no solo pueden ser económicos, también pueden ser laborales, académicos o sociales.
Puede que estas no sean correctas, pero considero fundamental dar un primer paso y dejar de poner trabas. No defiendo la política actual del Gobierno, ni yo ni Monti, pero la solución no viene de entorpecer sino de ofrecer.

miércoles, 25 de abril de 2012

Mentirosos


¿Por qué son todos tan mentirosos? Alguno podría decir que las personas no mentimos, que cada uno percibe la realidad de una forma distinta a los demás. Y es verdad. Por eso la mentira es aceptada. Nadie puede probar que tu percepción es de una forma distinta a como tú la expones. De hecho no tiene ninguna relevancia en la mayoría de los casos. Alguien te dice que no puede hacer algo por que no tiene tiempo y no tienes por qué tomar medidas que corrijan esa actuación.

El problema aparece cuando los mentirosos forman parte de la sociedad. Alguien podría decir que esas mentiras o trampas pueden llegar a ser beneficiosas para la sociedad. En su justa medida podrían decirse que actúan al estilo de las vacunas. Eso sí, en su justa medida y cuando no implican otras consecuencias negativas.

Pero hay veces que no se pueden consentir. Cuando influyen en la vida de los demás por ejemplo. Y es que un elemento vital para el desarrollo de la vida en sociedad es la confianza. Si no confiáramos en que los demás van a actuar de la forma convenida no podríamos vivir en sociedad. Nadie podría ni siquiera salir a la calle. Pensar en que los coches no se pararían en un paso de peatones cuando alguno se dispone a cruzar es imposible. Por eso nos dotamos de normas y de formas de hacer que se cumpla lo que rige en dichas normas. Pero alguno podría decir que es inmanente a la libertad humana la capacidad de mentir. Que cualquiera puede asumir el riesgo de mentir si después asume su responsabilidad. Incluso que exigir esa responsabilidad es una obligación del sistema del que la sociedad decida dotarse.
dueledecirlo.paraguay.com

Sin embargo, y aún asumiendo esos postulados, hay personas que no deben mentir. Poder sí pueden, de hecho lo hacen todo el tiempo, aunque se esmeran muy mucho cada cuatro años. La sociedad, si quiere ser una sociedad sana, no se puede permitir que sus políticos mientan. Sería algo así como que cada vez que pensamos nuestro cerebro nos engañara. Sería una sociedad incapaz de tomar decisiones correctas. Sería una sociedad inmadura. Sería la sociedad actual.

En la medida que esto es así, nuestra sociedad no avanza, se estanca. Y las consecuencias revierten en el conjunto de los ciudadanos (en el caso español en el conjunto de los súbditos). Todos, ricos y pobres, estudiantes, trabajadores o parados, niños, adultos o ancianos. Todos.

Para evitar este cáncer la herramienta que nos ofrece la democracia es la participación. Participar para elegir a nuestros representantes, no elegirlos y exigirles sus responsabilidad.

Y lo que ocurrió ayer fue sencillamente escandaloso. Yo, que soy progresista, me avergüenzo de la izquierda española. El PSOE viene dando, últimamente, un espectáculo sencillamente despreciable. Ningún socialista puede permitir que sus representantes sean unos corruptos y unos mentirosos. En Andalucía ya no hay defensa posible. Se está demostrando que existe la corrupción y que además se puede probar. Todos sabemos que hay chanchullos que no se pueden demostrar. Un marido en la cena con su esposa comenta que un compañero, miembro de una consejería, está elaborando una subvención para empresas que cumplan ciertos requisitos. Al día siguiente la casualidad quiere que la empresa de la esposa ejecute medidas que la lleven a cumplir esos requisitos, poco después pide la subvención y se la concede legalmente.

El colmo se sobrepasa cuando se miente con la cifra de déficit, o se maquilla, para ganar las elecciones. O se miente sobre que se avecine una crisis. Uno de los postulados sagrados del ideal socialista es adquirir poder para expandir el socialismo. Pero difícilmente se podrá expandir el socialismo sobre arenas movedizas. Y, precisamente, mentir para conseguirlo es pretender construir una casa sin cimientos, ni cemento, ni ladrillos...

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Pero hay otros que no se quedan atrás. Nuestros amigos conservadores, hacen gala de su hipocresía a diario. Ayer nos podíamos indignar, otra vez, con su mentira favorita. Pretender basar su cambio de política (en elecciones prometían otras cosas) en la situación que heredan o en el desconocimiento del déficit es algo así como decir que tus deberes se los ha comido un perro. Pero, ¿qué broma es esta? ¿Me va a decir Montoro que después de todas las reuniones mantenidas con sus presidentes regionales no conocía la cifra real de déficit? Puede que los ciudadanos no entendamos mucho de economía, pero, ¿somos tontos?

Hay días que parece que es mejor no salir a la calle, pero tenemos que reponernos, encontrar fuerzas y afrontar nuestra realidad. Para conocerla mejor es fundamental escuchar a los demás y a nosotros mismos. Y sobre todo, ¡no mentirnos! Por que si nos mentimos a nosotros mismos estamos escogiendo un camino tenebroso en el que nosotros no tenemos el control de la situación, y francamente, eso nos acercaría más a los seres unicelulares que a la persona humana.